Métodos anticonceptivos para gatos

Los gatos son unos animales fascinantes. ¿Quién puede resistirse a un adorable gatito y a observarlo, mimarlo y acariciarlo durante todo el día? Pero la realidad es que vivimos en un mundo en el que las protectoras de animales están abarrotadas. Por esta razón, la mayoría de los amantes de los animales son conscientes de la importancia de evitar que su gato tenga una camada.

La esterilización realizada por el veterinario es el método anticonceptivo más común en los gatos, aunque es permanente e irreversible. Afortunadamente, existen otras opciones contraceptivas temporales.

La esterilización y la castración

Hace algunos años, aún era frecuente esterilizar o castrar a los gatos de ambos sexos. Pero vamos a diferenciar bien estos dos términos. La esterilización consiste en cortar las vías espermáticas de los machos o realizar una ligadura de trompas en las hembras. Esta operación no altera el equilibrio hormonal del gato, por lo que seguirá teniendo el celo. Sin embargo, un embarazo ya no es posible, aunque dependiendo de la duración de los días y de las condiciones de luz, todavía pueden vivir periodos de estrés cada pocos meses debido a la predisposición permanente a concebir. Las necesidades básicas como alimentarse y utilizar el arenero caen en el olvido a causa de la búsqueda de un compañero. El riesgo de tumores aumenta de manera significativa en los animales no esterilizados. Además, el periodo del celo también puede ser desesperante y agotador para las personas.

En caso de esterilizar al gato, el ciclo se repite, por regla general, después de tan solo 9 días, y el gato puede estar en celo permanente. Por lo tanto, la castración es una alternativa a la esterilización mejor y más saludable. Al igual que esta última, la castración es una pequeña intervención quirúrgica. En este caso, no solo se cortan los oviductos en las hembras o las vías espermáticas en los machos, sino que se extirpan directamente las glándulas genitales (los testículos en los machos y los ovarios o los ovarios y el útero en las hembras). Mediante esta operación se extraen las hormonas sexuales, por lo que el celo desaparece. Ten en cuenta que la castración es un método anticonceptivo permanente.

Los tratamientos hormonales brindan a los dueños y a los criadores de gatos la posibilidad de reprimir el celo del minino de forma temporal con el fin de impedir el embarazo.

Pastillas anticonceptivas para gatas

¡También existen píldoras anticonceptivas para gatas! Estas refrenan el ciclo del felino, evitan el celo y, con ello, un potencial embarazo. Dependiendo de la composición, las pastillas para el celo de las gatas se administran, en la mayoría de los casos, semanalmente, en vez de a diario.

Dado que la pastilla se administra con la comida, es importante que el gato ingiera de verdad el alimento. Los vómitos provocados por las bolas de pelo y la diarrea pueden disminuir la eficacia del producto.

Inyecciones anticonceptivas para gatas

Estas representan otro método anticonceptivo. Puesto que las inyecciones las pone el veterinario, el gato ha de acomodarse a las visitas regulares a la clínica veterinaria.

Las inyecciones son muy prácticas, sobre todo, para los criadores, que solo buscan una solución contraceptiva temporal. Al contrario que con las pastillas, con las inyecciones puedes estar seguro de que tu gato recibe la dosis hormonal necesaria. No obstante, muchos dueños de animales avisan sobre los efectos secundarios de las composiciones muy concentradas, que afectan al equilibrio hormonal de los gatos.

Efectos secundarios

Todo suena estupendo, ¿o no? No tiene por qué. Se sospecha que los productos hormonales son los causantes de diversos tipos de cáncer en los gatos. Son una solución temporal aceptable, pero no deberían utilizarse de forma permanente. Las pastillas y las inyecciones son adecuadas, por ejemplo, para los criadores que desean ofrecer un periodo de descanso a sus gatas.

Es prefereible que los amantes de los gatos que desean un método anticonceptivo duradero opten por una de las soluciones permanentes, no hormonales, más seguras y también más económicas a largo plazo. Aunque la esterilización y la castración son intervenciones quirúrgicas, resultan mucho más saludables que el suministro constante de hormonas. A diferencia de la esterilización, la castración frena el ciclo del gato y, con ello, se evita ese periodo lleno de estrés causado por las fluctuaciones hormonales durante el celo y el peligro de una fase de celo duradera con riesgos adicionales para la salud física del gato.