La cuarentena en viajes con gatos
Antes de viajar con tu gato debes informarte de los requisitos de entrada del país específico al que deseas
visitar. Algunos países fuera de la Unión Europea, como Australia o Nueva Zelanda, son bastante estrictos en cuanto a la entrada de animales. Como preparatoria, los gatos tienen que pasar un tiempo en un centro de cuarentena. Esto debes considerarlo solo en caso de mudarte definitivamente al país de destino. Unas vacaciones de unas pocas
semanas no justifican la angustia y las dificultades por las que tiene que pasar tu bigotudo mientras está en cuarentena. Estos centros son estériles y no tienen en cuenta las necesidades individuales de los felinos. Es frecuente el caso de gatos que fallecen durante este
proceso y la capacidad de actuación del dueño es mínima, por lo que este procedimiento se vuelve una tortura tanto para el gato como para su compañero humano. Además, los gastos
de la cuarentena los ha de asumir el propietario del animal.
Vacuna contra la rabia
Se supone que un animal infectado por la rabia enferma en un periodo inferior a seis meses, por lo que debería brotar durante
la cuarentena. Parece ser que el desarrollo posterior de la enfermedad es improbable. Incluso países como Noruega y Suecia mantuvieron la cuarentena durante muchos años, solo hace
cinco años que los viajeros con gatos han podido relajarse. Pero aún existen ciertas complicaciones si quieres viajar a Noruega o a Suecia con tu gato: debe tener al menos 1 mes y
haber hecho un tratamiento antiparasitario (contra cestodos y la tenia) en los diez días previos a la entrada en el
país. Para entrar con gatos en Escandinavia, además piden un análisis de sangre para descartar la rabia. Este debe realizarse
al menos cuatro meses después de la vacunación contra la rabia. El certificado veterinario oficial tiene que haber
sido expedido en los diez días previos a la llegada.
Requisitos de entrada al viajar con gatos
En el resto de los países europeos suele ser suficiente con tener un certificado veterinario oficial que no tenga más de diez días y que el gato haya sido vacunado contra la rabia
a lo largo del último año. Las vacunas contra la gripe felina, el moquillo felino y la leucemia felina deberían
ser una cuestión evidente para cualquier amante de los gatos. Una persona responsable no pondría a su bigotudo en peligro de contraer una enfermedad que se puede evitar y que le
hará pasar por un calvario.
Los estados miembros de Europa insisten en que la vacuna utilizada esté permitida en su país. El pasaporte para animales de compañía debe estar en el idioma del país de emisión y
en inglés. Dado que los requisitos de entrada pueden cambiar en poco tiempo es importante que te
informes lo antes posible del estado actual para vacunar a tu minino y poder llevártelo de viaje. Si confías en que los requisitos son los mismos que hace un año puede ser que te
lleves una sorpresa desagradable y que tus planes de viaje se echen por la borda.
Cómo transportar a mi gato
Si has superado con éxito todos los trámites es hora de empezar con la segunda parte de la organización del viaje: tu bigotudo necesita un receptáculo del cual no pueda
escapar. Los transportines de plástico son ideales para estos casos pues son fáciles de limpiar, seguros y ligeros. A pesar de que las cuevas de mimbre y los bolsos de viaje de tela con aberturas para la entrada de aire son más bonitos, no son muy
adecuados para viajes más largos. Las cestas son difíciles de manejar y los bolsos no ofrecen la suficiente protección para el gato. Los transportines de plástico son adecuados
tanto para viajes en coche como en avión o en tren.
En caso de viajar con tu felino en avión tienes que comunicarlo con antelación a la compañía aérea. Las
agencias de viajes pueden ofrecerte información detallada.
¿Qué necesita un gato al viajar?
El arenero es imprescindible para el viaje con tu felino. Sin embargo, no es necesario llevar el espacioso cubículo
que tienes en casa, un pequeño arenero es mucho más adecuado para el viaje y también durante la estancia. También es importante meter en la maleta arena para gatos, una pala para arena, bolsas para arena, latas de comida húmeda, pienso para gatos, snacks y
golosinas, comederos y bebederos, cepillos y peines, mantas, cojines y juguetes. Es probable que las marcas de
comida para gatos a las que tu minino está acostumbrado no estén disponibles o sean mucho más caras en vuestro destino vacacional. El cambio de comida puede provocarle una carga
adicional a tu bigotudo. El metabolismo de un felino necesita tiempo para adaptarse a un cambio de alimentación. Si estás planeando un viaje largo al extranjero, debes tener mucho
cuidado con su estómago: un cambio en la nutrición debe durar al menos una semana. La proporción de la comida a la que tu bigotudo está acostumbrado se va reduciendo poco a poco y
la cantidad del nuevo alimento aumenta de manera proporcional. De esta forma el organismo del gato tiene tiempo para adaptarse al cambio.